24 de mayo. Tercer día en Miami. 17:00h, 23:00h en España.

Antes que nada... queria daros las GRACIAS por estar ahi... en fin, que... esas palabras ayudan mucho... de veras. Se me hizo enormemente grande el primer dia, pero llegar a internet, ver los comentarios y los mails.. bueno.. son lo que te hacen seguir, no?.... que... GRACIAS
:-)
....................................................................................................................................................................
Solo ha pasado un día pero las cosas han cambiado mucho. No he tardado en hacerme un hueco. Esas cosas no dependen de uno solo, supongo que la gente ayuda a que te sientas mejor.

Ayer, después de ir a intenet, escribir algunos mails y sentir un poco el apoyo de la tierra... me entró hambre! Y eso era buena señal, hacía un día entero que no comía nada. Le hice caso a la española que conocí en correos y comí en el cubano, arroz, frijoles y pollo. Investigué algo de los autobuses y me encontré con un Ecuatoriano que me escuchó decir algo en español y se puso a hablar conmigo. Pero no me gustó, no es nada en contra de los ecuatorianos!, es que no me gusta que me agarren de la cintura cuando acabo de conocer a alguien... ¿no?. Así que le dije que muchas gracias, muy amable, hasta luego... Se quedó un poco chof, pero aceptó respetuoso porque no fui nada grosera. J Me fui al hotelillo y me tiré un rato en la cama a ver un capítulo de House. SIIIII!!!! Vale!!! Lo reconozco!!! No puedo vivir sin él!!!

Luego salí a pasear un poco por la playa y en un semáforo un señor se quedó mirando mi vestido. “Loooooca!! I´m in love with your dress!... Where are you from? California?”… Edgar paseaba con su compañera de trabajo, Jessy. Salían a pasear un poco por la playa después de la jornada en el hotel. El señor era guatemalteco y ella hondureña, de mi misma edad. Paseamos por la playa, el viento volaba con muchísima fuerza y te empujaba como si te fuera a llevar volando con él. Eran muy simpáticos, me invitaron a tomar unas cervezas, entramos en un típico bar americano y nos sorprendieron al rato con un concierto en vivo genial. Un grupo de blues; guitarra, bajo, batería y armónica. La cantante era una negra con una voz alucinante. Me encantó.

Me gustó tanto que me tomé dos cervezas!!! (quien me conoce bien sabe que no aguanto la cerveza. De pronto, ensimismada en la música y riendo por la divertida conversación, era consciente de que ya no estaba triste. La gente es lo que te llena por dentro... no es bueno estar solo.
Me invitaban a ir a South Beach a una fiesta pero ya eran las 12 y quería descansar. Edgar me dio su teléfono y me dijo que si quería quedarme en su casa, sin ninguna pena le llamara. Que seguramente me llevaría muy bien con su hija.
Al llegar caí frita en la cama.
Esta mañana traté de volver a la playa a ver si tomaba un poco de color de una vez pero... el cielo está encapotado... ¿quién lo desencapotará?. De cualquier manera me senté en la arena junto a la orilla y me quedé un buen rato dejando la mente en blanco y observando el horizonte.

La playa estaba casi vacía. Tan solo una pareja de cangrejos sobre un par de hamacas tratando de captar algún rayo de sol entre nube y nube, y un señor con una silla plegable un poco más allá que me llamó la atención. Me resultaba gracioso, la manera en que llegó, colocó su silla, se quitó la camisa y se sentó a mirar el mar. No sé por qué no me parecía un turista. Me preguntaba si me atrevería a acercarme a hablar con él cuando empezó a llover y los cuatro monos de la playa empezamos a recoger. Mas allá, junto a la entrada, quitándonos la arena, fue el señor quien comenzó a hablar.
_It´s not a good day for the beach…
_No, it´s not!, jeje…
_Are you in vacances?.
_No, I´m spending two days here, but I´m gonna go to Sarasota to study…

Debe resultar algo loco, bohemio o diferente eso de decir que vas a estudiar artes, pintura… no sé, porque la gente se vuelca contigo y lo toman como un noble motivo para un viaje. Joseph es ruso. Lleva ya muchos años aquí y ayer fue su cumpleaños, así que continuando con su celebración decidió invitarme a un café y un pastelito de manzana en la panadería “Buenos Aires”. Fue una conversación realmente interesante que los dos quisimos continuar dando un paseo. Me enseñó varios lugares alrededor donde podía visitar. En el teatro se puso a hablar con la taquillera, una señora mayor muy joven de corazón y con una divertida sonrisa. Bromearon un rato y acabamos riendo los tres. Finalmente la señora quería que viéramos la obra y nos hacía un descuento y todo, pero está prevista para el 27, y para entonces yo espero estar en Sarasota. Luego fuimos a su coche y tenía una multa!. Resulta que es ilegal poner el cartel de “se vende” en tu coche si está aparcado fuera de tu propiedad. Es su ultima semana de trabajo, quiere vender el coche y el apartamento y volver a empezar en Nueva York. Ya ha vivido en Boston y Los Angeles. No es genial resetear cada cierto tiempo y buscar nuevas oportunidades?, nuevos comienzos?... Luego me llevó en coche a South Beach donde comimos en “Española Way” en un restaurante español, mejillones!!, jejeje.... con vino blanco. Muy rico. Eso sí lo pagamos a medias, cada cual lo suyo, y me gustó mucho el detalle. Es lo que hace sentir que no existe ningún compromiso social ni esos rollos de... te invito y parece que te debo algo. Hablamos de todo, desde religión, hasta moda. Por supuesto también del estilo de vida americano, realizando teorías sobre algunos comportamientos de la gente de aquí... comparándolo con Europa, con Rusia... La verdad es que ha sido muy interesante. Luego Joseph tenía que irse a trabajar y yo fui a buscar el autobús de regreso cuando comenzó a llover de nuevo. Pero esta vez un verdadero chaparrón. Tuve que quedarme un rato bajo el porche de un club cubano. Allí el señor de la puerta se puso a hablar conmigo. Cuando ya me iba me dio su tarjeta por si esta noche me apetecía conocer algún club para darme invitaciones. De paso me indicó dónde se cogía el autobús. El de la letra L me deja justo frente al hotelillo. Esperándolo se acercó un rapero que vendía sus discos. Estaba todo pensado, te mostraba el CD y te dejaba escuchar la música en su móvil. Cuando vió que no pensaba comprarle nada se puso a ligar. Cambiando de estrategia supongo. Hablaba muy fuerte y era muy expresivo con los gestos de su cara tanto como con su cuerpo. Joseph me había dicho que la zona de South Beach ahora estaba llena de chavales negros que formaban pantillas de raperos. Cuando iba en el autobús por poco atropellan a un par de ellos que se habían puesto a pelear en la calle. Al llegar a mi parada, un chico que salia tambien ahi, se giro y me pregunto si estuve paseando anoche cerca de la playa... me rei y le dije que si... me dijo que se acordo por mi vestido...

En fin, parece que los principios siempre son complicados, qué tremendista yo en mi última entrada, no?. Ya me siento mucho mejor a pesar de sentirme solita. Lo malo es que en un par de días volverá a ser el “primer día en Sarasota” y luego, “el primer día de la academia”. ¿No hay ganas de saber cómo será?... A quién encontraré interesante... Qué será lo primero que tenga que dibujar... el primer profesor que conozca... el primer paseo por la escuela, la primera noche en la residencia... Siempre da un poco de miedo la primera vez de todas las cosas, verdad?.